Ahora que estamos expuestos, nos falta el símbolo del alpinismo. El piolet será el que utilicemos para hacer senderismo y escalada en glaciares y montañas «normales». Tiene un mango metálico recto y su longitud corresponde a la distancia entre los nudillos y el tobillo cuando se está de pie con los brazos colgando y las manos a los lados del cuerpo.
Los que quieran escalar pendientes más pronunciadas también optarán por piolets más cortos, de unos 60 cm de longitud, con puntas más curvadas y dentadas. Podrás encontrarlos aquí.
Los que quieran escalar paredes de hielo verticales o en el hielo de cascadas derretidas deberán utilizar un piolet aún más corto y un piolet de martillo, cuyas hojas se doblan como un plátano en la pared. Este diseño ha revolucionado las técnicas de escalada en hielo y ha permitido escalar rutas antes imposibles, pero sólo es apto para los aficionados a la escalada en hielo.
En futuros posts conocerás las características especiales de los piolets. Por ahora, queremos señalar que hay que mantener afiladas las puntas de las hojas, el filo del regatón y el corte de su hoja, que a veces es muy duro, y ver nuestro piolet rebotar en una pendiente pronunciada es francamente doloroso, y una buena lima y unos minutos de afilado preciso en casa o en el campamento lo habrían evitado.
Antes había piolets con varas de madera de fresno con la veta dispuesta en la dirección del golpe, y todavía se utilizan en montañas remotas donde no hay más remedio que mejorar el equipo.
Aunque se mantengan en buen estado mediante la impregnación con aceite de linaza, se resecan, sus cañas, aunque -cuando todo va bien- aguantan bastante bien, se rompen con sorprendente facilidad en cuanto tienen que soportar un tirón de «sólo unos 250 kilos».
Otro comentario que podemos hacer es que tendrán un dragonera, piolets con dragonera o correa de calidad y de las mejores marcas en tiendaescalada.net
No es aconsejable llevarlo todo el tiempo en la muñeca o, como antaño, con una larga correa en la anilla del vientre de nuestro arnés, porque si no conseguimos detenernos con él en caso de caída, estaremos atados a un instrumento afilado y cortante, con todo lo que ello conlleva. Otro dato que podemos darte es que debes evitar llevarla con la punta de la hoja hacia atrás mientras la usas, porque si te descuidas puedes cortarte la palma de la mano o clavártela en el muslo o, peor aún, en el estómago o los pulmones.
Si fijas los piolets a tu mochila con las puntas hacia dentro, debes cubrirlos con un protector de goma ajustado para evitar pinchazos en otros lugares, como suele ocurrir cuando llevas la mochila desde un autobús o un teleférico.
Por último, nos gustaría llamar su atención sobre los pequeños piolets de martillo, que son muy útiles en muchas ocasiones y se sabe que existen.